Veröffentlicht in Lucidarios

Volviendo de la pausa de dos semanas, quiero hablar ahora de un tema que llamó mi atención cuando comencé a trabajar con los testimonios A, B y C del Lucidario : la existencia de dos anónimos profanadores –modernos– que anotaron los manuscritos a su gusto, sin importarles su antigüedad ni su valor.